Agroecología: promover la seguridad y soberanía alimentaria desde el conocimiento tradicional

En esta columna el Dr. Mauricio González, académico de la Facultad de Ciencias Agrarias y Alimentaria de la Universidad Austral de Chile, destaca la importancia de las prácticas agroecológicas y su impacto a pequeña escala.

La agroecología es una ciencia que promueve un diálogo entre el conocimiento local tradicional y el conocimiento científico, en distintas disciplinas como la agronomía, ecología, sociología, economía, entre otras.

Desde la dimensión asociada con la producción de alimentos, la agroecología se basa, en parte, en el uso de biodiversidad funcional para promover múltiples servicios ecosistémicos como, por ejemplo, el reciclaje de nutrientes, control biológico, polinización, secuestro de carbono, regulación hídrica, así como aspectos de ocio y estética.

Avanzar en este tipo de sistemas agrícolas permite contribuir con la seguridad y soberanía alimentaria de los territorios, promoviendo una dieta diversa y sana entre sus habitantes, permitiendo además la conservación de distintas semillas de cultivos que son cada vez más raros y escasos entre los agricultores.

A pesar de los beneficios, tanto ambientales como los asociados con la salud humana, la adopción de técnicas agroecológicas alrededor del mundo ha sido lenta desde los años 80, experimentando una aumento importante desde el año 2010 a la fecha. Este escenario global se condice con lo que ha ocurrido en Chile, en donde esta ciencia ha estado históricamente asociada con ONG’s y pequeños agricultores, en donde las Universidades han solo recientemente comenzado a abordar esta disciplina en cátedras aisladas, y algunos programas de postgrado.

Por lo anterior, existe en muchos casos una falta de conocimiento y diálogo que permita entender los mecanismos y dinámicas asociadas a fenómenos socio-ecológicos que suceden en el territorio, lo cual en parte, ha demorado la diseminación y adopción de estas técnicas en sistemas de mediana y gran escala, lo que ciertamente permitiría reducir el daño ambiental provocado por el excesivo uso de biocidas. 

Además, el avanzar en prácticas agroecológicas a pequeña escala, permitiría promover la seguridad y soberanía alimentaria dentro de nuestra población, tema que se ha agudizado producto de la actual pandemia que nos asola y que nos invita a reflexionar sobre la fragilidad de nuestro sistema alimentario. Así, poder promover aspectos de seguridad y soberanía alimentaria a nivel local, contribuiría a tener territorios más resilientes ante perturbaciones, tanto antrópicas como naturales.

Hoy más que nunca, necesitamos de sistemas agroecológicos que sean capaces de contribuir con grandes desafíos como producir alimentos para una población humana en constante crecimiento, la pérdida global de biodiversidad, y el cambio climático. Por lo tanto, para avanzar en la adaptación y adopción de prácticas agroecológicas a nivel predial, es necesaria la colaboración y empatía de los distintos actores que se relacionan con la producción de alimentos, incluyendo agricultores, académicos, autoridades de gobierno, instituciones públicas, empresas privadas y consumidores.

¿Será Chile capaz de dar un salto cuantitativo y cualitativo en pos de producir alimentos sanos, sin dañar el medio ambiente en el proceso? Solo en tiempo lo dirá, pero ciertamente las generaciones futuras agradecerán el habernos dado cuenta que un cambio de paradigma es necesario para enfrentar los desafíos actuales y futuros.