Columna de Opinión
Por Redacción , 3 de agosto de 2023 | 09:20

Latinoamérica y el rol de la política exterior oceánica

Erick Astorga, analista internacional y coordinador de política climática Uno.Cinco. Crédito: Cedida.
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El coordinador de política climática Uno.Cinco, Erick Astorga, aborda las acciones de Japón al verter material radiactivo al océano y el rol de los gobiernos para frenar esta situación.

Recuerdan al famoso pez naranjo de tres ojos, de la popular serie norteamericana "Los Simpsons"; a comienzos del año en curso, Japón comenzó a verter en el océano pacifico, más de un millón de toneladas de agua procedente de la central nuclear de Fukushima, tras su tratamiento en abril del pasado 2021, agua que contiene ciertos isótopos radiactivos, es decir átomos con un núcleo inestable, tales cómo el mercurio, uranio y talio. 

El gobierno nipón ha llegado a la conclusión que está medida es la mejor manera de eliminar un problema que necesita imperativamente resolver antes del próximo año entrante, esto a pesar de la férrea oposición de los estados y países vecinos, organizaciones que combaten el cambio climático y el sector pesquero local e industrial.

El analista internacional y coordinador de política climática Uno.Cinco, Erick Astorga.

Las naciones insulares del pacifico norte argumentan que el vertido de agua radioactiva con altos niveles de uranio y talio, podría tener un gran impacto en la industria pesquera local de la que dependen las economías isleñas que capturan hasta la mitad del atún del mundo. 

Indonesia ha acaparado una participación del 15% de la producción del atún, barrilete y la caballa a nivel mundial para emerger como el mayor productor mundial de este tipo de productos. 

Según comenta el gobierno japonés esta acción con tintes ecocidas se desarrollará de forma sumamente paulatina en un periodo de treinta años, primero se volverá a tratar el agua residual acumulada por más de una década, para limpiarla al máximo de las sustancias nucleares, seguido de esto se diluirá antes de arrojarla al océano pacifico.

Cada día la central nuclear de fukushima produce 100 mil metros cúbicos de agua radioactiva, que es una mezcla de agua subterránea, agua de mar y agua utilizada para mantener fríos los reactores de la central nuclear.

El líquido se filtra y se almacena en tanques, sin embargo con más de 1,3 millones de metros cúbicos en las instalaciones, el espacio de almacenamiento se está agotando, la mayoría de los isótopos radioactivos ya han sido filtrados del agua, pero el nivel de tritio está bastante por encima de la norma internacional radicada en la ISO 80000-10, que aborda sobre magnitudes y unidades en relación a la física atómica y nuclear. 

Sin embargo, las naciones vecinas tales cómo indonesia, taiwán, filipinas, vietnam entre otras, junto con los pescadores locales evidentemente se oponen a la medida aprobada por el gobierno japonés en 2021. 

El foro de las islas del pacifico ha criticado a Japón por la falta de transparencia del proceso, pues es obvio que los pueblos del pacifico son pueblos costeros y el océano sigue siendo parte fundamental de su modo de vida y de subsistencia.

Para quienes pensamos y analizamos la política exterior debemos tener no solo una postura frente a este asunto sino que debemos ser certeros con la información entregada, pues Japón está incumpliendo el compromiso al que llegaron los líderes de estado cuando celebraron esta cumbre de alto nivel en 2021, ya que se acordó que se tendría acceso a todas las pruebas científicas independientes y verificables antes de que se diera luz verde a este vertido, por desgracia el país Nipón no ha cooperado con la transparencia en la información. 

En relación con lo anterior, quienes estamos inmersos en la política exterior también debemos tener perspectiva de futuro cuando se trata de política oceánica pues como Estado poseemos gran parte del océano pacifico dentro de nuestra soberanía nacional y si bien estamos a varios miles de kilómetros o de millas marinas en relación a las unidades de medidas náuticas, qué nos les caiga duda que la medida del gobierno Japonés y aprobada por Naciones Unidas en este año en curso, nos causara un daño en el ecosistema marino de este lado sur del pacifico seguido de un catastrófico efecto dominó.

Es por esto qué es fundamental qué en la actualidad los países con soberanía marítima hacia al pacifico qué son parte de organismos de cooperación e inserción internaciones tales cómo la alianza del pacifico en donde Chile posee la presidencia pro tempore por un mes, se pronuncien e inicien enmiendas de acción en los organismos internacionales correspondientes para qué el Estado Japonés sea transparente de la totalidad de la información y de igual manera buscar otras soluciones alternativas para evitar el vertimiento de material radiactivo al océano pacifico. 

Es fundamental qué los países qué formamos parte de Latinoamérica y el caribe en conjunto con nuestros estados y gobiernos de nuestra región debemos ser los primeros en poner los puntos de discusión en materia de política exterior oceánica, con un claro enfoque en la protección y conservaciones sobre la biodiversidad y soberanía de nuestros océanos. 

Espero que el gobierno del Presidente Boric y los congresistas particularmente quienes componen las comisiones de relaciones exteriores en la cámara baja cómo en el senado, se pronuncien ante esta problemática pues no hacerlo sería ser cómplices pasivos de un crimen contra la naturaleza sin precedente alguno, ya qué un pez con tres ojos seria el ultimo de nuestros problemas. 

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