“Apuntamos a que la industria del hidrógeno verde esté a la par de la industria minera”

El seremi de Energía Rodrigo Barahona no duda un instante en advertir que lo que viene es una revolución, y detalla el potencial que tenemos a partir del desarrollo de proyectos de energías renovables son convencionales.

“Es impresionante ver cómo ha avanzado esto. Todas las proyecciones que nosotros teníamos, como Gobierno en materia de energía, todas se han acortado… Postulábamos que el año 2030 íbamos a tener el 60% de la matriz energética renovada, y hoy día ya llevamos el 85%”, parte diciendo el seremi de Energía de Los Lagos, Rodrigo Barahona, al entrar al terreno de la revolución en curso, de las energías renovables en general, y del hidrógeno verde en particular.

Porque sin darnos cuenta, y a propósito de la imperiosa necesidad de cuidar el Planeta, este tema se ha tomado la agenda del ministerio y de no pocas empresas; aunque claro, la fuerza de la pandemia del Coronavirus ha ocupado la agenda mediática del año. No obstante, el fenómeno del hidrógeno verde ya está aquí. 

“Lo del hidrógeno para mí es algo espectacular… El hidrógeno es una molécula que existe desde el principio del Universo, es la molécula más simple, la primera de la tabla periódica, y sirve para todo. Sirve para generar combustible, para generar energía, amoniaco, metanol, es de otro nivel… Ahora, el generar el hidrógeno en base a energías renovables no convencionales, es a lo que estamos apuntando. ¿Cómo se hace? Se hace en base a electrolisis, y para eso necesitamos energía, y hacia allá empujamos. Desde el año 2010 Chile está entre los top ten de los países más atractivos para desarrollar proyectos de energías renovables no convencionales; el 2018 fuimos el primero, perdimos el puesto frente a India el año pasado, pero aún así estamos top dos a nivel mundial. Nuestras proyecciones, y no sólo las nuestras, sino que también las de la Comisión Mundial de Energía y de algunas consultoras internacionales, coinciden con lo que presentamos como estrategia. Y la estrategia nacional al respecto es que seremos el país que más desarrollo tendrá y el más barato del Planeta de aquí al año 2030, seremos unos de los principales exportadores el 2040 y contaremos con 5 giga watts de potencia instalada o en construcción de aquí al 2025. Entonces, a lo que apuntamos, es que la industria del hidrógeno verde esté a la par con la industria minera”, dice con orgullo el seremi de la cartera, Rodrigo Barahona.

"Esta industria va a generar unos 100 mil empleos. Y tenemos que desarrollar una gran cantidad de proyectos de energías renovables no convencionales para poder generar hidrógeno".

Ahora, ¿cómo impacta esto en la gente, en el ciudadano de a pie?

“Para empezar, esta industria va a generar unos 100 mil empleos. Por otro lado, tenemos que desarrollar una gran cantidad de proyectos de energías renovables no convencionales para poder generar hidrógeno. Y las energías no convencionales, es dos tercios más barata que la energía que hoy día pagamos; entonces, también impactará en las cuentas de la luz. Y cuando nosotros hablamos de 5 giga watts de capacidad de electrólisis de desarrollo al 2025, es como 39 veces y medio el Parque Aurora de Llanquihue… El desarrollo que vamos a tener en cuanto a energía solar y energía eólica, es muy importante… La cantidad de llamados de empresas extranjeras que estamos teniendo, desde que se lanzó esta estrategia, con la intención de invertir y generar desarrollo en torno a este tipo de energías, es muy grande”.

El día de mañana el hidrógeno igual puede servir de combustible para los vehículos, entiendo que Porsche está trabajando en el proyecto piloto de Magallanes.

Sí, es muy interesante. Cuando me di cuenta de esto, me puse a estudiar de inmediato. Estudié en España lo del hidrógeno. Y la verdad es que no sólo tiene esta aplicación. El hidrógeno, como vector energético, lo puedo transformar en metanol, en etanol, en amoniaco, como combustible, para usarlo en procesos farmacéuticos, en proceso de fertilizantes, hasta en explosivos, por un lado. Y por otro se puede trabajar como gas y se puede inyectar en las redes de gas natural, pero también lo podemos almacenar y ocupar cuando tengamos que gestionar la matriz energética, y cuando el sol no nos provea la energía o el viento no esté corriendo; podemos ocupar todo el hidrógeno almacenado. Pero hay una última aplicación, y quizá es la más interesante y rentable hoy, que se llaman las pilas de combustible. Estas están asociadas a transporte pesado, camiones o vehículos que recorren más de 600 o 700 kilómetros diarios, y tiene una ventaja respecto de las otras baterías eléctricas que necesitan más tiempo para cargarlas. Esto para nosotros es fundamental. Primero, en junio del año pasado, el Presidente Piñera nos colocó una meta súper ambiciosa. De aquí al 2024 cerrar cuatro centrales de carbón, al 2040 cerrarlas todas y al 2050 ser carbono neutral. Pero para poder hacer esto, necesitamos generar energía en base a energías no convencionales, pero el problema de estas energías, es que no se generan constantemente. En cambio, el carbón y los combustibles fósiles se generan constantemente conforme los voy ingresando a la termoeléctrica. El sol y el viento generan cuando hay sol y viento. Entonces, la idea es que todos esos excedentes, porque vamos a tener un desarrollo tan grande de energías renovables no convencionales, que cuando tengamos mayor generación, y no tanta demanda; todo lo transformemos en hidrógeno. Y eso va a ser muy importante, porque vamos a ser los que vamos a desarrollar más barato a nivel mundial. Ahora, más de alguien me dirá, pero estamos lejos del mundo. Sí, pero independiente que estemos lejos, cuando incorporemos la componente de costos de traslados a Japón o a Europa, que son los lugares donde se está desarrollando más fuerte, aún así llegaremos más barato que nuestro competidor más directo que podría ser Australia o Arabia Saudita.