Investigación & Desarrollo
Por Valentina Cortés Lehuei , 23 de junio de 2023 | 10:15

Investigación con fósiles da cuenta de la pérdida de recursos marinos por consumo humano

Fósiles investigados. Crédito: Facultad de Ciencias UACh.
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Más de 300 mil fósiles permitieron diseñar una línea base para comparar la biodiversidad costera desde el poblamiento americano hasta la actualidad.

¿Cuál ha sido la verdadera influencia de los humanos en la pérdida o conservación de la biodiversidad costera? fue la interrogante abordada por un grupo de investigadores que diseñaron una línea base que une la bibliografía actual, con distintos registros paleontológicos, algunos de hasta 500 mil años de antigüedad (Pleistoceno medio).

Esto con el objetivo de conocer cuánto ha depredado el ser humano desde su llegada al continente, obteniendo como principal conclusión de la investigación la reducción de entre tres y seis veces en la abundancia relativa de especies explotadas en la actualidad, en comparación a sus contrapartes de la prehistoria.

Así lo informó el paleontólogo de la Facultad de Ciencias de la Universidad Austral de Chile e investigador principal del estudio, Dr. Sven Nielsen, explicando que anteriores estudios se enfocan en periodos cercanos, pero ninguno previo a la llegada de los humanos.

En tal contexto, los investigadores Nielsen de la UACh y Marcelo Rivadeneira, del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (Ceaza), consideraron en su análisis el ecosistema marino de la Corriente de Humboldt, el cual se extiende desde Chile hasta Ecuador.

Siendo uno de los más grandes y productivos del mundo, proporcionando bienes y servicios valorizados en unos US$19,5 billones por año, donde la sobrepesca es una de las problemáticas vigentes, más importantes en la actualidad. 

Dentro de esta área se ocuparon unos 1600 kilómetros (desde Perú hasta Chile central) para este estudio, de acuerdo a lo informado por la Facultad de Ciencias UACh. 

Metodología y pasos 

Según comparte la casa de estudio, los investigadores viajaron a las terrazas marinas de las costas del sur del Perú y norte de Chile, sectores ricos en fósiles, fundamentalmente moluscos marinos que permitieron comprobar la existencia y estabilidad de las especies desde el Pleistoceno hasta la actualidad, complementando los datos que van desde 1948 hasta 2013.

“Reunimos todo lo que existe en la literatura, sea de playa arenosa o de costa rocosa, esto nos permite compararlo con el registro fósil”, indicó Nielsen.

Desde el terreno, se extrajeron en cajas las muestras de un metro cúbico de materiales entre rocas, arena y fósiles, etc. Ya en el laboratorio, los expertos tamizaron todo usando una malla de dos milímetros, revisando y contabilizando los fósiles que encontraban para clasificarlos por especie.

Conclusiones

Este trabajo demandó el esfuerzo de unas 15 personas, quienes a razón de diferentes proyectos y objetivos demoraron varios años en obtener los resultados necesarios, los que hoy son avalados por la presencia de casi 370.000 fósiles pertenecientes a 164 especies de moluscos, entre bivalvos (como los choritos y almejas) y gastrópodos (caracoles, como los locos). 

Este nivel de detalle, explicó el investigador, Sven Nielsen, aportó a los cuatro aspectos principales que se consideraron para evaluar los posibles cambios en la diversidad actual en comparación con el periodo previo a la llegada de los humanos, como la riqueza de especies, dominancia, composición de especies y abundancia relativa de especies de moluscos.

“Por un lado, el ecosistema que vimos en todo el Cuaternario tardío es bastante estable en cuanto a composición de especies, no vemos tampoco grandes variaciones en la abundancia relativa. Ahora si lo comparamos con lo actual, la buena noticia es que no hemos perdido especies, es decir, la presión depredatoria de los humanos sobre estos recursos, no ha generado una extinción", informó.

"Lo que sí podemos ver es que hay un fuerte impacto en la composición, en el sentido de la abundancia de los recursos comestibles (mariscos). Éstos bajan mucho su abundancia, pero no desaparecen. Entonces podemos decir que no hubo extinción, pero sí un fuerte impacto con la llegada de los humanos”, agregó el paleontólogo.

Si bien se tiene una respuesta clara del impacto de las actividades humanas en cuanto al consumo de estos recursos marinos, el científico advierte que uno de los efectos o riesgos de la sobreexplotación es que baje su abundancia.

"Es riesgoso porque cuando bajamos a tallas más pequeñas de la especie podríamos consumirla por debajo de la edad reproductiva y ahí el efecto es mucho más grave”, enfatizó Nielsen.

Ésta es la primera vez que se hace una línea base ocupando el registro paleontológico en Chile, el cual está directamente aplicado a la problemática actual, de cómo los humanos afectamos a los ambientes, en especial a la zona costera y sus recursos, según informó la Facultad de Ciencias UACh. 

“Hay áreas en el mundo donde la actividad humana ha afectado la fauna a un nivel que han desaparecido especies. Hoy tú ves en el norte, están explotando los peces de roca. ¿Por qué pasa eso? Porque lo otro ya no es tan abundante”, finaliza el paleontólogo UACh.

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